lunes, 28 de diciembre de 2015

Mbocayá / Corozo / Cocotero

Acrocomia aculeata / Mbocayá / Mbokaja  
Del griego Akros (extremidad, cumbre, terminal) y kome (mechón de pelo), en referencia a las hojas, que forman un vistoso penacho en la parte superior del tallo, a modo de cabellera.
Sinónimos: Acrocomia chunta Covas&Ragonese; Cocos aculeata Jacq.; Acrocomia totai Mart.
Hábito: Palmera. Status: Nativa
En Argentina se la cita para las Provincias de: Corrientes, Formosa, Misiones, Salta.
Países Limítrofes: Brasil, Paraguay.

Familia: Arecaceae (Palmae).
Origen y distribución: nativa de Sudamérica. “A. aculeata tiene una amplia distribución en América, hallándosela desde México hasta el Norte de Argentina en las provincias de Chaco, Corrientes, Misiones, Formosa y Salta. También esta presente en las Antillas, Bolivia, Paraguay y Brasil aunque no se la halla en Perú y Ecuador.” (Acrocomia aculeata por Jose A. Grassia)

Nombres comunes: Cocotero, Coquito, Palma de vino (español). Bocaiúva, Macaúba, Coco baboso, Coco de espinho, Mucajá (Brasil). Macaw palm, Gru gru / Grugru (Antillas). Coyol, Cocoyol, Coyul (Costa Rica, Honduras, Mexico). Corosse (Haití)). Palma de corozo, Corozo (Antioquía, Colombia y Venezuela), Tamaco (Colombia). Totaí (Bolivia).
Sobre el origen de algunos nombres:
Bocaiúva se origina del Tupi "mbokaya'üb", nombre dado a la palmera Acrocomia sclerocarpa.
El nombre del municipio de Bocaiúva (Minas Gerais), según antiguos pobladores del lugar se habría originado de la palmera de igual nombre  - que existía y aún existe en gran escala - en las márgenes del Macaúbas, un caudaloso río que baña este municipio.
A varios de sus nombres comunes se refiere Víctor Manuel Patiño*:
Corozo: "Este nombre, que está muy difundido en América intertropical y se aplica a varias palmeras cuyo fruto es un endospermo duro, es una disimilación del carozo español-portugués, rastreado hasta el griego;no es palabra indígena (Corominas)"

Entre las palmas del oriente venezolano se menciona, a mediados del siglo XVIII, la palma de corozo, de la cual se obtiene un vino. "Bebido este en ayunas por quince días o más, según la necesidad, fecundiza a las Mugeres, mueve sus menstruos, y cura maravillosamente las calenturas hepáticas y lentas. Su fruta es comestible en defectode pan. (Caulín, 1966)"
Coyol (nahuatlismo de coyolli, "palmera o cascabel"), Cocoyol en la península de Yucatán. (Acrocomia aculeata, Wikipedia)

Totai: "Una noticia de 1652 dice que existe el totai entre los indios chiriguanos del oriente boliviano, cuyo idioma, como se sabe, es afín al tupí-guaraní.
"Produce una fruta como avellanas, de buen sabor, de la cual, molida, hacen almendradas: y cocida, mazamorra o poleada de mucho sustento ...De la raíz y de todo el tronco de arriba abajo, quitada la cáscara que es tosca como la de las otras palmas, y cortado y seco al sol, se hace harina y de ella pan, tortillas y vino. Como es árbol tan provechoso, no quiso el Criador que tardase en dar su fruto, porque a los cinco años lo da muy copioso, aunque dura poco tiempo." (Cobo, 1956)." (Patiño, Víctor Manuel*: "Historia y dispersión de los frutales nativos del neotrópico") 

*Fue un etnobotánico autodidacta que dedicó su vida al conocimiento y la protección de los recursos naturales, agrícolas y forestales del neotrópico.
Descripción de Acrocomia aculeata tomada de “Palmas en Resistencia”, por José A. Grassia. 
"Palmera monoica de tronco simple, de 10-15 m de altura y hasta 40-50 cm de diámetro, a veces algo ensanchado hacia la base o en la parte media. La superficie puede estar cubierta de los restos de hojas viejas y a menudo tiene espinas cilíndricas de hasta 12 cm de longitud, especialmente de joven, dispuestas en círculos incompletos aproximadamente cada 10-12 cm a lo largo del estípite. Hojas pinnadas, de 2,5-3 m de longitud, con segmentos verdes grisáceos y envés algo blanquecino que nacen en planos diferentes, sobre un peciolo espinoso de 40-80 cm de longitud. El raquis de la hoja igualmente espinoso por ambas caras soporta más de 100 foliolos de una longitud entre 40 y 70 cm y de 1-2 cm de ancho, reduplicados, dispuestos en varios planos y bífidos en el ápice. La base foliar es abierta, con indumento e igualmente espinosa.
Inflorescencia de hasta 1,2 m de longitud, naciendo de entre las hojas y parcialmente oculta por éstas, soportadas por un pedúnculo tomentoso y espinado, y cubierta por una espata tomentosa, rojiza y terminada en una púa afilada; flores diclino-monoicas en la misma inflorescencia. Las femeninas en la base de la inflorescencia, en triadas, mientras que el resto de la inflorescencia presenta flores masculinas, amarillentas.
Fruto globoso, epicarpio verde amarillento y castaño al madurar, de 2,5-5 cm de diámetro, liso. El mesocarpio es carnoso, amarillento y abundante, muy rico en aceites. Endocarpio marrón oscuro a negro, duro, y de aprox. 3-4 mm de espesor con tres poros ubicados casi en el ecuador. La semilla tiene un diámetro de 1,5-2 cm de diámetro y germina en unos 18 meses. Cromosomas n=15 (Uhl and Dransfield 1987)".
Varias referencias a esta especie por parte de viajeros, cronistas y exploradores, nos brindan algunas de las características salientes de esta palmera conocida en territorio chaqueño como "mbocayá" y nos permiten rescatar tradicionales usos que, con el tiempo, fueron quedando en el olvido:
Martin Dobrizhoffer, un misionero jesuita que residió largo tiempo entre los aborígenes del territorio chaqueño, relata: "PALMERAS VARIAS: Solo las palmeras (que los Abipones denominan Neboque, pero que los Guaraníes llaman diversamente, según sus especies me darían bastante materia para un grueso volumen, si yo quisiera exponer los nombres de las diversas especies, sus figuras, propiedades y utilidad. Los palmares americanos pueden ser denominados con razón el arsenal, la farmacia, el guardarropa y la despensa de los americanos, pues las palmas /459 les dan de pronto comida y bebida, de pronto medicamentos, ya armas y ropas y frecuentemente también un techo. Voy a aducir aquí solo algo de la gran cantidad de las muchas que yo mismo he visto en Paracuaria.
MBOCAYAY: El Mbocayay crece frecuentemente en las colinas. Su tronco y sus hojas están provistas de espinas largas y fuertes. En este árbol crecen racimos de dátiles que tienen un aspecto ovalado [dulces como almendras] y se comen ya crudos, ya tostados. De ellos se prensa un aceite que es casi igual al aceite de oliva. Este mismo árbol produce también fibras más fuertes que las fibras del cáñamo y de las cuales los naturales suelen hacer sus cuerdas de arco y sus líneas para los anzuelos. Yo mismo he usado una de ellas en el mar..."
(Dobrizhoffer, Martino: “Historia de Abiponibus, equestri bellicosaque Paraquariae natione”, 1784. Traducción de Edmundo Wernicke: “Historia de los Abipones”, Universidad Nacional del Nordeste, Facultad de Humanidades, Departamento de Historia, Resistencia, Chaco 1967)

El escritor Mariano Antonio Molas (1780-1844) autor del libro "Descripción Histórica de la Antigua Provincia del Paraguay" refiere: "M’bocayá / Mbokaja (el coco), su exterior cubierto de una cáscar
a delgada, sólida y dura, que cubre una sustancia carnosa, amarilla y glutinosa, que se come cocida y cruda, y el coco o caroso, tiene una almendra muy gustosa y substanciosa. Regularmente se toma con maíz tostado, y es la comida más común de la gente pobre, y muchos pasan los días, principalmente en tiempo de carestía, sin otro alimento; lo conservan bajo de tierra. – Beneficiada la almendra del coco, da aceite; que sirve para guisar en lugar de grasa de vaca; y se usa de él con generalidad para lámparas en los templos sin que haga falta el de oliva – No tiene este árbol nada que desechar; todo él es útil, su fruta, según queda dicho, se come y da aceite, su tronco está sembrado de espinas largas como alfileres, que también son usadas por las gentes del país en hacer encajes, que llaman de bolillos, para detener o tener divididas las trenzas o hilos del rodete; de su hoja o penca que es larga se sacan filamentos semejantes al cáñamo o caraguatá [karaguata], que se dedican a varios fines, como a tejidos y hamacas; los cogollos tiernos, se comen en ensalada y en la olla, y aun crudos sin mezcla de otra cosa, son gustosos. Del corazón del tronco que es blando, se hace harina, semejante al almidón de mandioca, y de ella se hacen chipas, que no son desagradables. También se destila de él, un agua dulce y muy febrífuga tomándola en ayunas, colada y antes que le de el sol; y dejándola a éste, luego se pone agridulce, que fermentándola, sería un vinagre: su raíz cocida es dulce y gustosa.” (Biblioteca Virtual del Paraguay)

En el Informe de la Comisión Exploradora del Chaco, Arturo Seelstrang menciona al mbocayá entre las palmeras del territorio chaqueño: "El mobocayá, que no es muy abundante en la costa por precisar terreno alto y seco, da una hermosa flor amarilla y fruta en racimos compuestos de pequeños cocos. El interior de su tallo es blando y se fabrica de él una harina azucarada muy nutritiva. De los cocos se prepara un aceite de tocador muy estimado.” (Seelstrang Arturo: Informe de la Comisión Exploradora del Chaco, Primera Edición: Tipografía y litografía del "Courier de la Plata", Buenos Aires 1878; 2a Edic. EUDEBA 1977).

Por su parte, al describir la flora del Gran Chaco, Luis Jorge Fontana refiere: “Si pasamos ahora a la elegantísima familia de las palmeras, recordaremos que en las márgenes del Pilcomayo y y del Bermejo hemos hallado siempre dos especies de ellas, el caranday, Copernicia cerífera, y el mbocayá, Acrocomia totay, siendo precisamente de las más importantes de este grupo, tan notable y variado en el bosque subtropical de esta región de América…” “La segunda especie, Acrocomia totay o palmera mbocayá de los guaraníes, es una de las más útiles a la humanidad, y también de las más abundantes en Paraguay, así como en el extremo norte de la provincia e Corrientes, no siendo tanto aquí en el Chaco, en razón de las inundaciones, pues esta especie se encuentra siempre en los puntos más altos y secos. Quitándole al tallo la parte exterior, que es muy dura y de fibras compactas y resistentes, se encuentra la parte central, que es blanda, y que, una vez secada ala aire y al sol, se torna en una especie de harina azucarada, a la que se da la forma de panes, los cuales son muy nutritivos; esta misma sustancia fermentada en agua, da una bebida muy estimada por los indígenas. La parte superior del tallo es aún más tierna; puede comerse cruda en ensalada. El fruto, que madura por el mes de agosto, ofrece una pulpa amarilla azucarada muy agradable que constituye un buen alimento para el ganado; y los cocos, que dan un precioso aceite para el tocador, son muy conocidos y se venden en los mercados y en las calles de los pueblos de Corrientes bajo la denominación de mbocayá.” (Luis Jorge Fontana: "El Gran Chaco", Ed. Solar, Hachette, Buenos Aires, 1977)

En la rica y variada mitología guaraní la palmera mbokajá se considera árbol sagrado y está generalmente asociada a la salvación y a la supervivencia.
Uno de los seres mitológicos es "Ao ao", una especie de animal de cuatro patas semejante a las ovejas, pero de mayor tamaño y muy cruel y cuyo nombre obedece a la forma en que se llaman unos a otros. Es considerado dios de la fecundidad ya que tuvo muchos hijos. Se trasladaban en manadas y comían personas, según se dice la única manera de salvarse del "Ao ao" era trepando a una palmera mbokaja. (Mitos del Paraguay, Wikipedia)

En la leyenda de Tupá, el dios supremo de los Guaranies, se menciona que cuando éste creó la primera pareja humana - Sypavé (la mujer) y Rupavé (el varón) - puso a su disposición todos los seres y productos de la tierra y a Rupavé le dejó especialmente el mbokajá (cocotero: Acrocomia totai Mart. y Copernicia totai, Palmáceas) (González Torres, Dionisio: Folklore del Paraguay, Ed. Servilibro, Asunción, Paraguay, 2007. Portal Guaraní).

Según la leyenda los sobrevivientes del Gran Diluvio se salvaron por haber trepado hasta la alta copa de un cocotero.
Las flores sirvieron de inspiración a uno de los delicados 
diseños del tejido ñandutí: "Mbokajà Poty" o flor de mbocayá.
Suplemento Rural Diario abcDigital (Paraguay): "El cultivo racional e intensivo del mbokaja fue declarado "de interés nacional" por la Cámara de Senadores por Declaración Nº. 18 del 16 de junio de 2005.
Entre la consideraciones se mencionan que “No se utilizan productos químicos en su cultivo, y tras su industrialización no produce residuos contaminantes. El mbokaja tiene la particularidad de que es la única planta oleaginosa que produce dos tipos de aceite: el aceite de almendra (o de coco) y el de pulpa. Renueva el medioambiente por su alta fijación de anhídrido carbónico en la atmósfera y su elevada producción de oxígeno.”
En cuanto A DENSIDAD Y RENDIMIENTO “El mbokaja es exclusivamente silvestre y crece en una densidad variable, que no va más allá de las 120 plantas por hectárea. Cada planta puede dar hasta 20 kilos de frutos, por lo que se deben recoger los frutos de unas 3 plantas para llenar un cajón de coco, que pesa unos 50 a 60 kilos. Vemos que, en forma silvestre, se puede obtener hasta un máximo de 40 cajones por hectárea.
El mbokaja es cultivado una sola vez y tiene un beneficio muy prolongado en el tiempo (más de 90 años) que exige mínimos cuidados. El cultivo puede ser económicamente rentable en una densidad de entre 400 y 800 plantas/hectárea (entre 4 y 8 veces más que el más denso cocotal silvestre actual), y nos puede dar frutos entre 10 y 20 veces más abundantes, ya que el rendimiento es directamente de un cajón de frutos por cada planta cultivada."
"La reforestación del mbokaja brinda beneficios inestimables, ya sea por la obtención de forrajes para animales, por la obtención de aceite de almendra y de pulpa y sus derivados, en especial, últimamente, el combustible ecológico, el biodiésel, que puede sustituir al gasoil. El carozo de coco como combustible es dos veces más caliente que la leña de kurupa'y. Además, es renovable cada año y sustituye a la leña en las calderas de las fábricas, evitándose así la tala indiscriminada de nuestros bosques. El uso del carozo obtenido de una hectárea de mbokaja cultivado evita la tala de unas tres hectáreas de bosques bajos por año." (Mbokaja, por el Dr. Carlos Loup Reyes*, Suplemento Rural Diario abcDigital, Paraguay), (*) Químico industrial y especialista en aceites vegetales y derivados. 
MBOKAJA, poema de José Concepción Ortiz *
Tal como el campesino paraguayo,
terco, sufrido, huraño, generoso,
de la tormenta erguido ante el acoso
tu privilegio es atraer el rayo.

Firme en el rojo suelo, sin desmayo
das frutas y hojas al menesteroso
y, al fin, el tenaz leño, ya en reposo:
tú pareces en todo paraguayo.

Doblarte no podrá sino romperte
más bien la tempestad, altivo y fuerte,
símbolo del terruño, mbokaja.

Hoy y ayer, en la paz como en la guerra,
para hombres y bestias de esta tierra
tú has sido de los pobres el maná.
*José Concepción Ortiz (Valle Pucú, 1900 - Luque, 1972) Destacado docente y escritor paraguayo, su poemario Amor de caminante (1943), lo situó entre las voces más destacadas de la poesía paraguaya del momento, muchos de sus poemas – entre los que se encuentra Mbokaja - fueron publicados en una obra póstuma “Poesías completas”, Ed. y Prólogo M. A. Fernández. Asunción: Alcántara. Editora. 1983.
Entre las palmeras que podemos encontrar en las calles, parques y plazas de nuestra ciudad figuran además: Areca (Dypsis lutescens); Caranday (Copernicia alba); Fénix / Palmera canaria (Phoenix canariensis); Fénix enana / Palmera de Roebelen (Phoenix roebelenii O’ Brien); Palmera Alejandra (Archontophoenix alexandra)Palmera cola de pescado (Caryota urens); Palmera real (Roystonea regia (Kunth) O. F. Cook); Pindó (Syagrus romanzoffiana (Cham.) Glassman); Rapis / Palmera bambú (Raphis excelsa); Washingtonia (Washingtonia robusta y Washingtonia filifera); Yatay (Butia yatay (Mart.) Becc).

Vínculos 
Grassia, José A.: Palmeras en la ciudad de Resistencia: Acrocomia aculeata
Hernández, Carlos; Mieres, Alberto; Nilo, Zukay y Pérez, Sergio: Efecto de la Refinación Física sobre el Aceite de la Almendra del Corozo (Acrocomia aculeata), Universidad e Carabobo, Fac. de Ingeniería, Esc. de Ing. Química, Valencia-Venezuela. Información Tecnológica, Vol. 18 Nº5, 2007
Notas sobre la biología de Acrocomia aculeata Jacq., Área de Conservación Guanacaste, Programa de Investigación

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