Enterolobium contortisiliquum (Vell.) Morong. / Timbó colorado / Oreja de negro
Sinónimos: Mimosa contortisiliqua Vell.; Acacia melalobiata Rojas Acosta; Enterolobium glaucescens Mart.; Enterolobium timbouva auct. non Mart.; Calliandra pacara Griseb.; Feuilleea pacara (Griseb.) Kuntze.
Nombre genérico 'Enterolobium' del griego 'entero: intestino' y 'lobium: lóbulo', en referencia a la forma de sus frutos
El epíteto 'contortisiliquum' del latín 'contortus-a-um: retorcido y siliqua: vaina' - vaina retorcida - también en alusión a los frutos arriñonados.
Hábito: Árbol (Perenne). Status: Nativa
Distribución Provincias: Buenos Aires, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta, Santa Fe, Tucumán.
Países Limítrofes: Brasil, Paraguay, Uruguay. (Base de Datos Flora Argentina).
Timbó en Av. Sarmiento, Resistencia (Chaco, Argentina).
Familia: Fabaceae.
Nombres comunes: Cambá nambí / Kambá nambí (nambí: oreja, cambá: negro), Jwatok (chorote), Oreja de negro, Pacará, Pacará negro, Timbauva, Timbó cedro, Timbó colorado, Timbó pitá / Timbó pyta (timbó colorado en guaraní). Orelha de macaco, Orelha de negro, Tamboril, Timbaúva (portugués).
Nombres registrados en Brasil por el "Instituto de Pesquisas e Estudos Florestais": araribá, árvore das patacas, cambanambi, chimbó, chimbuva, flor de algodão, orelha de macaco, orelha de onça, orelha de preto, pacará, pau sabão, pau de sabão, tamboi, tambor, tambori, tamboril, tamboril do campo, tamboril pardo, tamborim, tamburé, tamburiúva, tambuvé, tambuvi, timbaíba, timbaúba, timbaúva branca , timbaúva preta, timbó, timboíba, timborana, timbori, timboril, timboúba, timboúva, timbuíba, timburi, timburil, timbuva, ximbiúva, ximbó, ximbuva.
* Instituto de Pesquisas e Estudos Florestais: Via Comendador Pedro Morganti, 3500 - Bairro Monte Alegre, Endereço para correspondência: Caixa Postal 530 - CEP: 13400-970 - Piracicaba/SP).
"Hacia una Nueva Carta Étnica del Gran Chaco VIII" registra: "jwatok: palo flojo; pacará; pl. jwatokiet; Enterolobium contortisiliquum; árbol."(Drayson, Nicolás: Niwak Samtis. Diccionario Iyojwa'ja 'Lij - Kilay 'Lij (Chorote-Castellano), Centro del Hombre Antiguo Chaqueño (Chaco), Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica).
Según Hierónymus el Timbó (Enterolobium timbouva) es "Árbol de una altura mayor de 12 a 14 metros y tronco de un grueso notable, hasta 1 1/2 metro de diámetro. Las hojas son astringentes y la infusión se usa en gárgaras y para lavar llagas, úlceras y heridas. Las frutas sirven para hacer tinta. La corteza y las frutas machacadas y puestas en infusión con agua caliente se emplean como jabón para lavar y limpiar telas de lana y algodón. La corteza contiene tanino y se usa en las curtiembres. La madera a pesar de no ser muy compacta, es sin embargo de buena clase, flexible y elástica; en tablas y tablones se emplea para puertas, construcción de buques, tinas de baño, palanganas, vasijas de todo género, bateas para lavar, ruedas hidráulicas y tiene muchos otros destinos más. El olor desagradable de las aserraduras y de la madera seca tiene un efecto particular, pues hace estornudar a los que trabajan.
Es un árbol muy hermosos para adorno y las estacas de sus ramas brotan con facilidad cuando se plantan." (Hieronymus, J.: Plantae diaphoricae florae Argentinae, Buenos Aires, 1882). Al describir la flora del Gran Chaco, Luis Jorge Fontana (1846-1920) refiere: "Paullinia timbó: este árbol gigantesco, que se eleva hasta veinte metros por uno y medio y hasta dos de diámetro, es muy común, y de gran importancia por su tamaño extraordinario, que permite cortar tablas muy anchas, largas y ligeras, de un bello color rojo, con lindas vetas negras.
En el Chaco se encuentran tres especies, y son: el blanco, morotí; el rojo, pitá; y el negro, timbó cambá. pertenecientes al género Paullinia que forma parte de la familia sapindáceas y de la Octandria triginia, pueden reconocerse por sus flores, cuyo cáliz está formado de cinco sépalos desiguales, imbricados lateralmente y persistentes." (Fontana, Luis Jorge: "El Gran Chaco", Ed. Solar, Hachette, Buenos Aires, 1977).
Al describir los árboles e Argentina refiere Lillo: "Enterolobium timbouva Mart. Planta muy conocida, abunda en todo el norte del país y como árbol de adorno también en B. Aires; sus frutas son llamadas "orejas de negro". Sobre el Paraná y el Paraguay con los troncos gruesos hacen canoas. Madera linda, veteada, sirve para muebles y en general para todo trabajo de carpintería.
Donde escasea el cedro lo reemplaza y en los pueblos del norte he visto puertas y ventanas muy bien hechas, como también mostradores, estanterías, cielorrasos, etc. De Misiones no se exporta pero sí del Chaco y de Formosa. Las frutas son empleadas para sacar manchas de la ropa. Propágase por semillas o por estacas." (Lillo, Miguel: Contribución al Conocimiento de los Árboles de la Argentina según colecciones y observaciones de Santiago Venturi, 1910 y 1924, Biblioteca Digital del "Real Jardín Botánico).
Es un árbol de gran porte, amplia copa aparasolada, hojas bipinnadas, alternas, opuestas. Flores abundantes, blanquecinas, agrupadas en inflorescencias globosas. Los frutos son vainas chatas y arrriñonadas, negruzcas a la madurez, por su aspecto denominadas vulgarmente oreja de negro. Son bastante livianas y tienen la particularidad de flotar, lo que facilita su diseminación hidrófila.
Leyenda del Timbó
"En la vasta llanura chaqueña la vida era fatigosa y dura durante los meses de verano.
Atravesando grandes distancias, a pie o a caballo, se encontraban algunos modestos caseríos visitados de vez en cuando por algún ciego y su lazarillo.
La llegada del ciego con estampas y baratijas y algunos libros de viajes o vida de santos, era siempre un acontecimiento; y... al modo de los juglares, el viajero encontraba hospitalidad y afecto en los abnegados pobladores del Chaco legendario.
Un día Timbó, anciano ciego, atravesaba el campo chaqueño con la ayuda de su lazarillo.
La saca enorme contenía los alimentos para el viaje y los libritos para la venta. La mano apoyada sobre el hombro de su lazarillo se hacía cada vez más pesada; y los ojos sin luz sentían, a pesar de las sombras eternas las fuerzas de las brillazones que castigaba la mirada dulce del lazarillo, a quien Timbó amaba como a un hijo.
Iban atravesando una cañada. Era a la siesta.
El niño miró hacia el cielo y vio a los pajaritos volar libremente; miró hacia el bosque... y la agreste selva parecía entonar allá lejos, con la música del ramaje verde, himnos de libertad para invitarlo a disfrutar de un derecho común.
Él, siempre había tenido que vivir sujeto a Timbó, el amigo que lo trataba bien, pero cuya mano temblorosa siempre sostenía sobre el hombro como un peso que lo esclavizaba.
No había tenido amigos de su edad.
Estas reflexiones hechas a campo traviesa, dieron al lazarillo una fuerza extraña..., tan extraña, que sin saber cómo, separó bruscamente la mano de Timbó y echó a correr en aras de la libertad.
El ciego no pudo comprender lo que pasaba. Llamó al niño una y otra vez. Lo esperó confiado porque lo amaba y creía en su lealtad. Sus ojos en eterna noche no pudieron contar las noches y los días; pero él esperaba... esperaba... echando el oído en tierra con la esperanza de escuchar sus pasos.
El viento de la cañada se mostró implacable; la lluvia le caló los huesos, y un frío de muerte recorrió el cuerpo del anciano. De pronto creyó escuchar unos pasos; una tibieza amorosa recorrió su cuerpo, y derramando cálidas lagrimitas, se sintió transportado a una región muy hermosa.
El corazón no le latía más.
Llegó la primavera. En aquel mismo lugar creció una plantita, primero tímida y temblorosa como la mano de un anciano que se tiende pidiendo caridad... después fuerte y vigorosa, como un corazón noble que confía y espera.
Pronto fue esa planta más alta que la selva vecina. Tenía prisa por crecer y ya en lo alto se cubrió de flores, pequeñas como lágrimas, para mirar a la distancia. Quería ver... después multiplicó sus orejas y agachando las ramas hacia la tierra pareciera que todavía confiara escuchar los pasos del ausente.
Esta es la leyenda del timbó, un árbol de la región, cuyo fruto, llamado vulgarmente “oreja de negro” cae al suelo siempre del mismo lado como una oreja en actitud de escuchar.
Y dicen las gentes del campo, que los que viven en ranchos a la sombra de algún timbó jamás se traicionan porque el timbó es símbolo de lealtad."
* de “Leyendas argentinas en la voz y en la pluma de Inés Márquez”, 1957. Compaginación de Victoria Mabel Romero, Museo Histórico Regional Ichoalay, Resistencia, Chaco.
Es famoso el “pacará de Segurola” - árbol histórico con más de 200 años de edad ubicado en la quinta de Romualdo Segurola - ejemplar reproducido en una estampilla del Correo Argentino.
En esta quinta, conocida como Letamendi, ubicada entre las calles Directorio, Miró, Puán y Lobos, se conserva el hermoso pacará bajo cuya sombra el Dr. Saturnino Segurola aplicó a los vecinos de la ciudad de Buenos Aires la vacuna antivariólica, entre 1809 y 1830. Lo recuerda una placa que fue colocada al pie del árbol.
Vínculos
El Pacará de Segurola, Parque Chacabuco
Timbó Puitá, Museo y Parque Hudson
El Timbó o Pacará, Leyenda Guaraní (portal bibliotecasvirtuales.com)
Sinónimos: Mimosa contortisiliqua Vell.; Acacia melalobiata Rojas Acosta; Enterolobium glaucescens Mart.; Enterolobium timbouva auct. non Mart.; Calliandra pacara Griseb.; Feuilleea pacara (Griseb.) Kuntze.
Nombre genérico 'Enterolobium' del griego 'entero: intestino' y 'lobium: lóbulo', en referencia a la forma de sus frutos
El epíteto 'contortisiliquum' del latín 'contortus-a-um: retorcido y siliqua: vaina' - vaina retorcida - también en alusión a los frutos arriñonados.
Hábito: Árbol (Perenne). Status: Nativa
Distribución Provincias: Buenos Aires, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta, Santa Fe, Tucumán.
Países Limítrofes: Brasil, Paraguay, Uruguay. (Base de Datos Flora Argentina).
Timbó en Av. Sarmiento, Resistencia (Chaco, Argentina).
Familia: Fabaceae.
Nombres comunes: Cambá nambí / Kambá nambí (nambí: oreja, cambá: negro), Jwatok (chorote), Oreja de negro, Pacará, Pacará negro, Timbauva, Timbó cedro, Timbó colorado, Timbó pitá / Timbó pyta (timbó colorado en guaraní). Orelha de macaco, Orelha de negro, Tamboril, Timbaúva (portugués).
Nombres registrados en Brasil por el "Instituto de Pesquisas e Estudos Florestais": araribá, árvore das patacas, cambanambi, chimbó, chimbuva, flor de algodão, orelha de macaco, orelha de onça, orelha de preto, pacará, pau sabão, pau de sabão, tamboi, tambor, tambori, tamboril, tamboril do campo, tamboril pardo, tamborim, tamburé, tamburiúva, tambuvé, tambuvi, timbaíba, timbaúba, timbaúva branca , timbaúva preta, timbó, timboíba, timborana, timbori, timboril, timboúba, timboúva, timbuíba, timburi, timburil, timbuva, ximbiúva, ximbó, ximbuva.
* Instituto de Pesquisas e Estudos Florestais: Via Comendador Pedro Morganti, 3500 - Bairro Monte Alegre, Endereço para correspondência: Caixa Postal 530 - CEP: 13400-970 - Piracicaba/SP).
"Hacia una Nueva Carta Étnica del Gran Chaco VIII" registra: "jwatok: palo flojo; pacará; pl. jwatokiet; Enterolobium contortisiliquum; árbol."(Drayson, Nicolás: Niwak Samtis. Diccionario Iyojwa'ja 'Lij - Kilay 'Lij (Chorote-Castellano), Centro del Hombre Antiguo Chaqueño (Chaco), Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica).
Según Hierónymus el Timbó (Enterolobium timbouva) es "Árbol de una altura mayor de 12 a 14 metros y tronco de un grueso notable, hasta 1 1/2 metro de diámetro. Las hojas son astringentes y la infusión se usa en gárgaras y para lavar llagas, úlceras y heridas. Las frutas sirven para hacer tinta. La corteza y las frutas machacadas y puestas en infusión con agua caliente se emplean como jabón para lavar y limpiar telas de lana y algodón. La corteza contiene tanino y se usa en las curtiembres. La madera a pesar de no ser muy compacta, es sin embargo de buena clase, flexible y elástica; en tablas y tablones se emplea para puertas, construcción de buques, tinas de baño, palanganas, vasijas de todo género, bateas para lavar, ruedas hidráulicas y tiene muchos otros destinos más. El olor desagradable de las aserraduras y de la madera seca tiene un efecto particular, pues hace estornudar a los que trabajan.
Es un árbol muy hermosos para adorno y las estacas de sus ramas brotan con facilidad cuando se plantan." (Hieronymus, J.: Plantae diaphoricae florae Argentinae, Buenos Aires, 1882). Al describir la flora del Gran Chaco, Luis Jorge Fontana (1846-1920) refiere: "Paullinia timbó: este árbol gigantesco, que se eleva hasta veinte metros por uno y medio y hasta dos de diámetro, es muy común, y de gran importancia por su tamaño extraordinario, que permite cortar tablas muy anchas, largas y ligeras, de un bello color rojo, con lindas vetas negras.
En el Chaco se encuentran tres especies, y son: el blanco, morotí; el rojo, pitá; y el negro, timbó cambá. pertenecientes al género Paullinia que forma parte de la familia sapindáceas y de la Octandria triginia, pueden reconocerse por sus flores, cuyo cáliz está formado de cinco sépalos desiguales, imbricados lateralmente y persistentes." (Fontana, Luis Jorge: "El Gran Chaco", Ed. Solar, Hachette, Buenos Aires, 1977).
Al describir los árboles e Argentina refiere Lillo: "Enterolobium timbouva Mart. Planta muy conocida, abunda en todo el norte del país y como árbol de adorno también en B. Aires; sus frutas son llamadas "orejas de negro". Sobre el Paraná y el Paraguay con los troncos gruesos hacen canoas. Madera linda, veteada, sirve para muebles y en general para todo trabajo de carpintería.
Donde escasea el cedro lo reemplaza y en los pueblos del norte he visto puertas y ventanas muy bien hechas, como también mostradores, estanterías, cielorrasos, etc. De Misiones no se exporta pero sí del Chaco y de Formosa. Las frutas son empleadas para sacar manchas de la ropa. Propágase por semillas o por estacas." (Lillo, Miguel: Contribución al Conocimiento de los Árboles de la Argentina según colecciones y observaciones de Santiago Venturi, 1910 y 1924, Biblioteca Digital del "Real Jardín Botánico).
Es un árbol de gran porte, amplia copa aparasolada, hojas bipinnadas, alternas, opuestas. Flores abundantes, blanquecinas, agrupadas en inflorescencias globosas. Los frutos son vainas chatas y arrriñonadas, negruzcas a la madurez, por su aspecto denominadas vulgarmente oreja de negro. Son bastante livianas y tienen la particularidad de flotar, lo que facilita su diseminación hidrófila.
Leyenda del Timbó
"En la vasta llanura chaqueña la vida era fatigosa y dura durante los meses de verano.
Atravesando grandes distancias, a pie o a caballo, se encontraban algunos modestos caseríos visitados de vez en cuando por algún ciego y su lazarillo.
La llegada del ciego con estampas y baratijas y algunos libros de viajes o vida de santos, era siempre un acontecimiento; y... al modo de los juglares, el viajero encontraba hospitalidad y afecto en los abnegados pobladores del Chaco legendario.
Un día Timbó, anciano ciego, atravesaba el campo chaqueño con la ayuda de su lazarillo.
La saca enorme contenía los alimentos para el viaje y los libritos para la venta. La mano apoyada sobre el hombro de su lazarillo se hacía cada vez más pesada; y los ojos sin luz sentían, a pesar de las sombras eternas las fuerzas de las brillazones que castigaba la mirada dulce del lazarillo, a quien Timbó amaba como a un hijo.
Iban atravesando una cañada. Era a la siesta.
El niño miró hacia el cielo y vio a los pajaritos volar libremente; miró hacia el bosque... y la agreste selva parecía entonar allá lejos, con la música del ramaje verde, himnos de libertad para invitarlo a disfrutar de un derecho común.
Él, siempre había tenido que vivir sujeto a Timbó, el amigo que lo trataba bien, pero cuya mano temblorosa siempre sostenía sobre el hombro como un peso que lo esclavizaba.
No había tenido amigos de su edad.
Estas reflexiones hechas a campo traviesa, dieron al lazarillo una fuerza extraña..., tan extraña, que sin saber cómo, separó bruscamente la mano de Timbó y echó a correr en aras de la libertad.
El ciego no pudo comprender lo que pasaba. Llamó al niño una y otra vez. Lo esperó confiado porque lo amaba y creía en su lealtad. Sus ojos en eterna noche no pudieron contar las noches y los días; pero él esperaba... esperaba... echando el oído en tierra con la esperanza de escuchar sus pasos.
El viento de la cañada se mostró implacable; la lluvia le caló los huesos, y un frío de muerte recorrió el cuerpo del anciano. De pronto creyó escuchar unos pasos; una tibieza amorosa recorrió su cuerpo, y derramando cálidas lagrimitas, se sintió transportado a una región muy hermosa.
El corazón no le latía más.
Llegó la primavera. En aquel mismo lugar creció una plantita, primero tímida y temblorosa como la mano de un anciano que se tiende pidiendo caridad... después fuerte y vigorosa, como un corazón noble que confía y espera.
Pronto fue esa planta más alta que la selva vecina. Tenía prisa por crecer y ya en lo alto se cubrió de flores, pequeñas como lágrimas, para mirar a la distancia. Quería ver... después multiplicó sus orejas y agachando las ramas hacia la tierra pareciera que todavía confiara escuchar los pasos del ausente.
Esta es la leyenda del timbó, un árbol de la región, cuyo fruto, llamado vulgarmente “oreja de negro” cae al suelo siempre del mismo lado como una oreja en actitud de escuchar.
Y dicen las gentes del campo, que los que viven en ranchos a la sombra de algún timbó jamás se traicionan porque el timbó es símbolo de lealtad."
* de “Leyendas argentinas en la voz y en la pluma de Inés Márquez”, 1957. Compaginación de Victoria Mabel Romero, Museo Histórico Regional Ichoalay, Resistencia, Chaco.
Es famoso el “pacará de Segurola” - árbol histórico con más de 200 años de edad ubicado en la quinta de Romualdo Segurola - ejemplar reproducido en una estampilla del Correo Argentino.
En esta quinta, conocida como Letamendi, ubicada entre las calles Directorio, Miró, Puán y Lobos, se conserva el hermoso pacará bajo cuya sombra el Dr. Saturnino Segurola aplicó a los vecinos de la ciudad de Buenos Aires la vacuna antivariólica, entre 1809 y 1830. Lo recuerda una placa que fue colocada al pie del árbol.
Vínculos
El Pacará de Segurola, Parque Chacabuco
Timbó Puitá, Museo y Parque Hudson
El Timbó o Pacará, Leyenda Guaraní (portal bibliotecasvirtuales.com)