Syagrus romanzoffiana (Cham.) Glassman / Pindó
(antes Arecastrum romanzoffianum)
Syagrus, antiguo nombre dado a una variedad de palmera datilera, que habría sido empleado por Plinio el Viejo y del que se hace mención en su "Historia natural": "El mismo es el caso también con el árbol que lleva el syagri. Hemos escuchado una historia maravillosa también, en relación con este último árbol, en el sentido de que muere y vuelve a la vida de una manera similar a la del ave fénix, que, en general se piensa, ha prestado su nombre de la palmera, como consecuencia de esta particularidad, en el momento que estoy escribiendo esto, ese árbol sigue dando frutos. En cuanto a la fruta en sí, es grande, dura, y de un aspecto rugoso, y que difieren en el sabor de todos los otros tipos, con una especie de sabor salvaje peculiar a sí mismo, y no a diferencia de la carne del jabalí, es evidente que de esta circunstancia es que ha derivado su nombre de "Syagrus". (CHAP. 9.—THE DIFFERENT VARIETIES OF PALM-TREES, AND THEIR CHARACTERISTICS Pliny the Elder, Natural History, Perseus Project Texts Loaded under PhiloLogic, Chicago)
(antes Arecastrum romanzoffianum)
Syagrus, antiguo nombre dado a una variedad de palmera datilera, que habría sido empleado por Plinio el Viejo y del que se hace mención en su "Historia natural": "El mismo es el caso también con el árbol que lleva el syagri. Hemos escuchado una historia maravillosa también, en relación con este último árbol, en el sentido de que muere y vuelve a la vida de una manera similar a la del ave fénix, que, en general se piensa, ha prestado su nombre de la palmera, como consecuencia de esta particularidad, en el momento que estoy escribiendo esto, ese árbol sigue dando frutos. En cuanto a la fruta en sí, es grande, dura, y de un aspecto rugoso, y que difieren en el sabor de todos los otros tipos, con una especie de sabor salvaje peculiar a sí mismo, y no a diferencia de la carne del jabalí, es evidente que de esta circunstancia es que ha derivado su nombre de "Syagrus". (CHAP. 9.—THE DIFFERENT VARIETIES OF PALM-TREES, AND THEIR CHARACTERISTICS Pliny the Elder, Natural History, Perseus Project Texts Loaded under PhiloLogic, Chicago)
También una revista de Málaga, en un artículo sobre el"coco plumoso", hace referencia al significado de syagrus en estos términos: "Su nombre científico es Syagrus romanzoffiana, en la que el nombre genérico proviene del griego syagros, que significa jabalí, por el mal olor que Plinio le atribuía a unos dátiles no comestibles, aunque este género no podía conocerse entonces porque son especies exóticas para la región Mediterránea." (El coco plumoso (Syagrus romanzoffiana), Revista Todo - Medio Ambiente, 02/01/2011, Málaga)
El epíteto que caracteriza a la especie fue dedicado al estadista, diplomático y ministro de Asuntos Exteriores ruso Nikolai Petrovich Romanzoff (1754-1826), quien financió varias expediciones botánicas.
Familia: Arecaceae (Palmae)
"Arecaceae: El nombre de la familia tiene su origen en en el género Areca L., y este a su vez viene de la palabra malaya "areec", que es el nombre vernáculo de esa palma en la región menciona." (González, J.: “Explicación Etimológica de las Plantas de la Selva”, Flora Digital de la Selva, Organización para Estudios Tropicales)
Origen: Nativa de América del Sur.
Palmeras en la Ciudad de Resistencia refiere: "Si bien Syagrus romanzoffiana esta hoy presente en todas aquellas regiones del mundo de climas tropicales y subtropicales, la distribución de su hábitat natural se ubica en el Sur de Brasil, Este de Bolivia, Paraguay, Nordeste de Argentina y una pequeña porción del Norte de Uruguay. Ocurre siempre en zonas húmedas de suelos orgánicos y ricos, en bosques de vegetación alta y cercana a cursos de agua permanentes u ocasionales, en un área ubicada aproximadamente entre los 22º y 30º de latitud Sur y una altitud que oscila entre 25 y 500 m snm."
Pindó en Plaza 25 de Mayo, Resistencia, Chaco (Argentina)
Pindó en Plaza 25 de Mayo, Resistencia, Chaco (Argentina)
Nombres comunes: Pyndorivi, Coco plumoso, Chiribá/vá, Coquito, Dátil, Coco de catarro, Coco babao, Coqueiro gerivá, Jerivá, Baba de boi, Coquinho (Brasil; Queen palm (inglés); Palmier de Romanzoff (francés); Koniginpalme, Romanzoffianische kokospalme (alemán); Joou yashi (japonés); Huang hou kui (chino).
Coco plumoso o Palmera de las dos mentiras, porque no da cocos ni tiene plumas.
Pindó (Syagrus romanzoffiana (Cham.) Glassman), en guaraní significaría "hojas que se juntan en su extremidad". Yerivá, en la misma lengua, es "fruto gomoso". Arecastrum (su antiguo nombre genérico) es un derivado de areca, género de palmas exóticas un tanto parecidas al pindó, de las cuales la más conocida es la A. catechu, productora de las "nueces de betel" estimadas por los malayos (Biloni, 1990). (Monocotiledoneas-Arecales: Arecaceae, Guía de Consultas Diversidad Vegetal, FACENA (UNNE).Varias referencias a esta especie por parte de viajeros, cronistas y exploradores, nos brindan algunas de las características salientes de la palmera conocida como "pindó" en territorio chaqueño y rescatar tradicionales usos que, con el tiempo, fueron quedando en el olvido:
Martin Dobrizhoffer, un misionero jesuita que residió largo tiempo entre los aborígenes del territorio chaqueño, relata: "Palmeras varias: Solo las palmeras (que los Abipones denominan Neboque, pero que los Guaraníes llaman diversamente según sus especies, me darían bastante materia para un grueso volumen, si yo quisiera exponer los nombres de las diversas especies, sus figuras, propiedades y utilidad. Los palmares americanos pueden ser denominados con razón el arsenal, la farmacia, el guardarropa y la despensa de los americanos, pues las palmas les dan de pronto comida y bebida, de pronto medicamentos, ya armas y ropas y frecuentemente también un techo. Voy a aducir aquí solo algo de la gran cantidad de las muchas que yo mismo he visto en Paracuaria."
"Los Pindó, una especie de palmeras muy altas y numerosas tienen una corteza blancuzca y áspera y en lugar de la madera una pulpa rala y liviana cual esponja y consistente en hebritas que se encienden rápidamente. Produce dátiles que los Guaraníes denominan Ybapyta. Estos se machacan en un mortero antes de comerlos o beberlos con agua. Los bosques están completamente llenos de los dátiles caídos de las abundantes palmeras. Por su dureza natural causan, al ser pisados, increíbles dolores a los Indios aunque éstos, durante toda su vida, no usan zapatos y, por lo tanto, tienen plantas muy duras. Por esto cada cual puede juzgar lo que yo, acostumbrado desde mi juventud a llevar calzado, tenía que sufrir por estos granos duros cuando a veces por varios días caminaba con pies descalzos entre los bosques, pues los zapatos y medias de cuero quedaban tan ablandados y gastados que ya no podía usarlos más y, por lo tanto había tenido que tirarlos. Pero en la misma medida en que estos árboles incomodan al viajero le favorecen también. Cuando los Guaraníes pernoctan en la selva y se acerca una tempestad, buscan bajo las palmeras una protección contra la lluvia. Ellos abaten unos cuantos de las más cercanas y de los troncos blandos y esponjosos construyen rápidamente una choza que cubren con hojas de palmera tejiendo artificiosamente sus hojas a la derecha e izquierda. Debajo de ellas uno se encuentra cubierto por completo. La lluvia puede caer en la mayor cantidad pero ni una sola gota pasará a través de este techo. En tales chozas construidas rápidamente he pasado seco con frecuencia muchas noches tempestuosas bajo truenos y rayos, bajo lluvia torrencial, y con tal ocasión he admirado la prontitud y la bondad de los Guaraníes. Si a veces escribo que yo estaba completamente mojado y penetrado por la lluvia, es preciso pensar que no me acompañaba Guaraní alguno, o que los Guaraníes no habían hallado algunas palmeras de la especie del Pindó. De sus hojas se tejen a veces como de mimbres unas sogas y cestos. /461 No sólo crecen estos árboles hasta a una altura extraordinaria, sino también sus ramas crecen muy graciosamente y brindan así una agradable vista a los ojos como también un adorno espléndido para los jardines." (Dobrizhoffer, Martino: “Historia de Abiponibus, equestri bellicosaque Paraquariae natione”, 1784. Traducción de Edmundo Wernicke: “Historia de los Abipones”, Universidad Nacional del Nordeste, Facultad de Humanidades, Departamento de Historia, Resistencia, Chaco 1967)
En el Informe de la Comisión Exploradora del Chaco Arturo Seelstrang refiere: "El pindó o dátil indígena crece en parajes húmedos y en la espesura de los montes; es árbol muy vistoso y digno de adornar nuestras plazas y jardines. Su madera es floja, sus hojas de un color verde oscuro son muy buscadas para alimento de caballos de carrera. Su cogollo se come, es muy blanco y de gusto agradable. Los cocos cubiertos de una pulpa dura son semejantes al dátil de Berbería, pero más chicos y muy inferiores en gusto.” (Seelstrang Arturo: "Informe de la Comisión Exploradora del Chaco", Primera Edición: Tipografía y litografía del "Courier de la Plata", Buenos Aires 1878; 2a Edic. EUDEBA 1977).
Luis Jorge Fontana se ocupa ampliamente de las palmeras cuando habla de la flora del Gran Chaco: “La palma pindó, conocida por este nombre, crece en los terrenos húmedos, y sus florestas dan nombre a uno de los brazos de la embocadura del río Paraná. En los meses de diciembre y enero ofrece frutos deliciosos de color amarillo; la pulpa es, en efecto, azucarada y del más exquisito sabor; también se come el corazón de la parte superior del tallo; desgraciadamente, para tomar la fruta, generalmente cortan el árbol y esto hace que de año en año disminuya considerablemente la especie, hasta que llegue a perderse, suerte fatal reservada a muchas plantas y a muchos animales de nuestro suelo, por falta de reglamentos autorizados con relación a la caza y al desmonte de bosques.” (Fontana, Luis Jorge : "El Gran Chaco", Ed. Solar, Hachette, Buenos Aires, 1977)
"Los Pindó, una especie de palmeras muy altas y numerosas tienen una corteza blancuzca y áspera y en lugar de la madera una pulpa rala y liviana cual esponja y consistente en hebritas que se encienden rápidamente. Produce dátiles que los Guaraníes denominan Ybapyta. Estos se machacan en un mortero antes de comerlos o beberlos con agua. Los bosques están completamente llenos de los dátiles caídos de las abundantes palmeras. Por su dureza natural causan, al ser pisados, increíbles dolores a los Indios aunque éstos, durante toda su vida, no usan zapatos y, por lo tanto, tienen plantas muy duras. Por esto cada cual puede juzgar lo que yo, acostumbrado desde mi juventud a llevar calzado, tenía que sufrir por estos granos duros cuando a veces por varios días caminaba con pies descalzos entre los bosques, pues los zapatos y medias de cuero quedaban tan ablandados y gastados que ya no podía usarlos más y, por lo tanto había tenido que tirarlos. Pero en la misma medida en que estos árboles incomodan al viajero le favorecen también. Cuando los Guaraníes pernoctan en la selva y se acerca una tempestad, buscan bajo las palmeras una protección contra la lluvia. Ellos abaten unos cuantos de las más cercanas y de los troncos blandos y esponjosos construyen rápidamente una choza que cubren con hojas de palmera tejiendo artificiosamente sus hojas a la derecha e izquierda. Debajo de ellas uno se encuentra cubierto por completo. La lluvia puede caer en la mayor cantidad pero ni una sola gota pasará a través de este techo. En tales chozas construidas rápidamente he pasado seco con frecuencia muchas noches tempestuosas bajo truenos y rayos, bajo lluvia torrencial, y con tal ocasión he admirado la prontitud y la bondad de los Guaraníes. Si a veces escribo que yo estaba completamente mojado y penetrado por la lluvia, es preciso pensar que no me acompañaba Guaraní alguno, o que los Guaraníes no habían hallado algunas palmeras de la especie del Pindó. De sus hojas se tejen a veces como de mimbres unas sogas y cestos. /461 No sólo crecen estos árboles hasta a una altura extraordinaria, sino también sus ramas crecen muy graciosamente y brindan así una agradable vista a los ojos como también un adorno espléndido para los jardines." (Dobrizhoffer, Martino: “Historia de Abiponibus, equestri bellicosaque Paraquariae natione”, 1784. Traducción de Edmundo Wernicke: “Historia de los Abipones”, Universidad Nacional del Nordeste, Facultad de Humanidades, Departamento de Historia, Resistencia, Chaco 1967)
En el Informe de la Comisión Exploradora del Chaco Arturo Seelstrang refiere: "El pindó o dátil indígena crece en parajes húmedos y en la espesura de los montes; es árbol muy vistoso y digno de adornar nuestras plazas y jardines. Su madera es floja, sus hojas de un color verde oscuro son muy buscadas para alimento de caballos de carrera. Su cogollo se come, es muy blanco y de gusto agradable. Los cocos cubiertos de una pulpa dura son semejantes al dátil de Berbería, pero más chicos y muy inferiores en gusto.” (Seelstrang Arturo: "Informe de la Comisión Exploradora del Chaco", Primera Edición: Tipografía y litografía del "Courier de la Plata", Buenos Aires 1878; 2a Edic. EUDEBA 1977).
Luis Jorge Fontana se ocupa ampliamente de las palmeras cuando habla de la flora del Gran Chaco: “La palma pindó, conocida por este nombre, crece en los terrenos húmedos, y sus florestas dan nombre a uno de los brazos de la embocadura del río Paraná. En los meses de diciembre y enero ofrece frutos deliciosos de color amarillo; la pulpa es, en efecto, azucarada y del más exquisito sabor; también se come el corazón de la parte superior del tallo; desgraciadamente, para tomar la fruta, generalmente cortan el árbol y esto hace que de año en año disminuya considerablemente la especie, hasta que llegue a perderse, suerte fatal reservada a muchas plantas y a muchos animales de nuestro suelo, por falta de reglamentos autorizados con relación a la caza y al desmonte de bosques.” (Fontana, Luis Jorge : "El Gran Chaco", Ed. Solar, Hachette, Buenos Aires, 1977)
Según Atilio Lombardo la "Chirivá o pindó (Syagrus romanzofiana (Cham.) Glassm.: Cocos romanzoffiana Cham.: Arecastrum romanzoffianum (Cham.) Becc.). Es una palmera que puede alcanzar una altura de 25 metros. De tronco simple, cilíndrico, de poco diámetro, liso y anillado. Hojas alargadas, pinnaticompuestas, de pínnulas de color verde intenso; éstas también presentan su quilla hacia la cara superior de la hoja, pero no están dispuestas en dos hileras regulares a lo largo del raquis, sino que parten en número de 3, 4 o 5 de un amplio punto de inserción, dándole a la hoja aspecto distinto. El peciolo presenta segmentos en forma de cerdas rudas, nunca espinosos como en butiá y yatay, y su base es muy amplia y abrazadora. Su inflorescencia es grande, simplemente ramificada, con peciolo o eje grueso, muy fuerte, y por lo común de más de un metro de longitud. Su espata es leñosa, gruesa, lisa y glabra. Flores monoicas, y como la butiá, las masculinas ocupan la parte superior de los ejes secundarios y las femeninas la inferior. Fruto (coquito) elíptico, fibroso, rojizo o amarillo rojizo en su madurez; nuez oblonga a elíptica, con una sola semilla generalmente." (Lombardo, Atilio: Las palmas de nuestra flora).
"El vocablo guaraní que define las fibras de aplicación textil es "Yvi", y se emplea como sufijo del nombre de la planta que la provee, por ejemplo "pyndoryvi" (fibras de las vainas de la palmera pindó).."
"Las sogas, cuerdas y cordeles que confeccionaban los guaraníes constituyen piezas fundamentales en el diseño de diversos tipos de trampas y armas que utilizan..."
"Para capturar animales de mayor tamaño y fuerza como tapires, pecaríes o los grande felinos se pueden utilizar sogas gruesas de "Güembé", pero son más frecuentes las cuerdas confeccionadas a partir de fibras extraídas de las vainas foliares tiernas de la palmera "pindó" Arecastrum romanzoffianum.""...La cuerda de los arcos se confecciona con corteza de las raíces aéreas de "guembe" o las fibras de las vainas foliares de la palmera "pindo", siendo este último material el predilecto por su resistencia y durabilidad." (Keller, Héctor: "Plantas textiles de los guaraníes de Misiones", Argentina, Bomplandia 18 (1):29-37.2009).
Entre las palmeras que podemos encontrar en las calles, parques y plazas de nuestra ciudad figuran además: Areca (Dypsis lutescens); Caranday (Copernicia alba); Fénix / Palmera canaria (Phoenix canariensis); Fénix enana / Palmera de Roebelen (Phoenix roebelenii O’ Brien); Mbocayá / Mbokaja (Acrocomia aculeata); Palmera Alejandra (Archontophoenix alexandra); Palmera cola de pescado (Caryota urens); Palmera real (Roystonea regia (Kunth) O. F. Cook); Rapis / Palmera bambú (Raphis excelsa); Washingtonia (Washingtonia robusta y Washingtonia filifera); Yatay (Butia yatay (Mart.) Becc).
"Las sogas, cuerdas y cordeles que confeccionaban los guaraníes constituyen piezas fundamentales en el diseño de diversos tipos de trampas y armas que utilizan..."
"Para capturar animales de mayor tamaño y fuerza como tapires, pecaríes o los grande felinos se pueden utilizar sogas gruesas de "Güembé", pero son más frecuentes las cuerdas confeccionadas a partir de fibras extraídas de las vainas foliares tiernas de la palmera "pindó" Arecastrum romanzoffianum.""...La cuerda de los arcos se confecciona con corteza de las raíces aéreas de "guembe" o las fibras de las vainas foliares de la palmera "pindo", siendo este último material el predilecto por su resistencia y durabilidad." (Keller, Héctor: "Plantas textiles de los guaraníes de Misiones", Argentina, Bomplandia 18 (1):29-37.2009).
Entre las palmeras que podemos encontrar en las calles, parques y plazas de nuestra ciudad figuran además: Areca (Dypsis lutescens); Caranday (Copernicia alba); Fénix / Palmera canaria (Phoenix canariensis); Fénix enana / Palmera de Roebelen (Phoenix roebelenii O’ Brien); Mbocayá / Mbokaja (Acrocomia aculeata); Palmera Alejandra (Archontophoenix alexandra); Palmera cola de pescado (Caryota urens); Palmera real (Roystonea regia (Kunth) O. F. Cook); Rapis / Palmera bambú (Raphis excelsa); Washingtonia (Washingtonia robusta y Washingtonia filifera); Yatay (Butia yatay (Mart.) Becc).
excelente informe. gracias
ResponderEliminarMuchas gracias!! Muy completo
ResponderEliminarDicen que sus hojas son muy buenas para regular azucar en sangre.
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