martes, 16 de marzo de 2010

Cebil / Curupay

Anadenanthera colubrina (Vell.) Morong. / Cebil / Curupay  
Variedades/Subespecies: Anadenanthera colubrina cebil; Anadenanthera colubrina colubrina
Sinónimos: Piptademia macrocarpa; Acacia cebil de A. colubrina var. cebil; Anadenanthera macrocarpa de A. colubrina var. cebil; Piptadenia cebil de A. colubrina var. cebil; Piptadenia macrocarpa de A. colubrina var. cebil; Piptadenia macrocarpa var. cebil de A. colubrina var. cebil; Mimosa colubrina de A. colubrina var. colubrina; Piptadenia colubrina de A. colubrina var. colubrina.

El nombre genérico Anadenanthera significa “sin glandulas en las anteras” y el epíteto colubrina deriva de las palabras latinas coluber (culebra, serpiente) + ina (perteneciente o relacionado); parecido a una serpiente, posiblemente en alusión a la toxicidad de sus semillas.
Curupí en Plaza 25 de Mayo de Resistencia (Chaco, Argentina)
Familia: Fabaceae.
Origen: Perú, Brasil, Bolivia, Paraguay y norte de Argentina. Propio de zonas de clima tropical y subtropical. 
Distribución Provincias en Argentina: Catamarca, Chaco, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta, Sgo. del Estero, Tucumán.
Nombres comunes: Angico, Anchico, Cohoba, Curupa-í, Curupa’-í pitá, Curupaú, Curupay, Cebil colorado, Hataj, Huilca/o, Jataj (wichi), Hakudufha, Huilca, Kahhobba, Kahobba, Kurupa'y, Niopo, Parica, Pariká, Uña de gato, Vilca, Villca, Yopa, Yopo, Yupa. En Brasil es conocida como Angico, Angico, Angico branco liso, Angico cambuí, Angico côco, Angico escuro, Angico liso, Angico vermelho, Aperta ruão, Cambuí, Cambuí angico, Cambuí vermelho, Cauvi, Curupaí, Jurema preta, Monjoleiro (portugués).

Árbol de gran porte, copa aplanada, follaje caduco de apariencia similar a los helechos por la delicadeza de sus hojas, corteza castaño grisácea con características protuberancias de aspecto verrugoso (sobre todo en las ramas jóvenes). 
Las hojas compuestas, alternas, verde claro lustroso, bipinadas (20 a 40 pares de foliolos, opuestos, de márgenes enteros). Inflorescencias terminales o axilares de flores pequeñas en forma cabezuelas esféricas de color crema amarillento y frutos en forma de legumbres o vainas planas, leñosas, castaño rojizo, con estrangulamientos entre semillas. Estas vainas se abren a la madurez dejando caer las semillas, redondeadas y aplanadas, oscuras y brillantes. 
Tiene propiedades ornamentales (arborización urbana, paisajismo), tánicas (la corteza contiene tanino, sustancia que se usa para el curtido de cueros), alimentarias, madereras (madera duradera adecuada para múltiples usos, embarcaciones, muebles, cerramientos, implementos rurales, etc.), melíferas y medicinales. 
Son varias las propiedades medicinales que le atribuyen: antiinflamatorias, astringentes, para curar heridas y picaduras, etc, pero debido a la presencia de alcaloides es peligrosa su utilización sin el adecuado control.
En el Informe de la Comisión Exploradora del Chaco, Arturo Seelstrang refiere: "El curupay es un árbol hermoso. Su corteza es la más usada en las curtiembres y forma un artículo de importancia para el comercio de la vecina provincia de Corrientes. Su madera es muy linda, colorada, con vetas negras, excelente para muebles. La superficie de la corteza de este árbol se distingue por una gran cantidad de asperosidades en forma de granos, que han originado su nombre de curupay, que en guaraní significa cáscara sarnosa " (Seelstrang, Arturo: Informe de la Comisión Exploradora del Chaco, Primera Edición: Tipografía y litografía del "Courier de la Plata", Buenos Aires 1878; 2a Edic. EUDEBA 1977).  
Al describir la flora del Gran Chaco, Luis Jorge Fontana hace referencia al cebil o curupay: “El curupay de los guaraníes, conocido por el nombre de cebil, se encuentra abundantemente en todo el Chaco, tanto en el interior como en la margen de los ríos; el árbol, muy elevado, se reconoce a simple vista por lo rugoso de su corteza, que es un material de nuestra industria; su madera colorada, con vetas negras, es fuerte y muy apropiada para diversos ramos de construcción. Tenemos dos especies que se distinguen por curupay-ná y curupay-atá, y por blanco y negro entre nuestros criollos y también comercialmente.” (Fontana, Luis Jorge: "El Gran Chaco", Ed. Solar, Hachette, Buenos Aires, 1977).

Refiere Lillo: "Piptadenia macrocarpa Bth. N. v.: Cebil colorado; Curupay.Hab.: Salta, Jujuy, Tucumán, Chaco, Formosa, Misiones, Corrientes, Catamarca. Circunferencia media: m. 1,40....Árbol alto, derecho, grueso, abundante, de madera colorada, dura. La corteza es muy apreciada como materia curtiente y la madera para reemplazar ficticiamente al "Urundel" y al "Q. colorado". La albura es blanca pero tomando el sol vuélvese también colorada. En los cerros y regiones secas no crece tanto como en los valles y su corteza es entonces negra y sumamente áspera. Muy utilizado en trabajos de carpintería, se exporta al sur en grandes cantidades." (Lillo, Miguel: Contribución al Conocimiento de los Árboles de la Argentina según colecciones y observaciones de Santiago Venturi, 1910 y 1924, Biblioteca Digital del "Real Jardín Botánico)

El Presbítero José Sánchez Labrador se refiere al uso medicinal y alucinógeno del curupay, en el Paraguay del s.XVIII: "Curupay: La corteza de estos árboles es amarga al gusto, y astringente: tienese por caliente y seca en el 2do. Grado. Con ella se disponen baños y vahos muy eficaces contra las enfermedades originadas de frío, contra las hinchazones de los pies, del vientre y dolores de los miembros, y contra el mal Gálico, con tal que no sea antiguo; tómase su decocción por la boca y se lava con ella por de fuera, hace sudar mucho. La decocción y también la infusión de las cortezas y astillas, obra con facultad abstergente, y cierta acrimonia, así cura la sarna, la Tiña, los herpes y otros males cutáneos semejantes."
Más adelante señala: “Los indios mbayas, cojían la baynas secas antes de abrirse, las molían o quebrantaban, y encerrados en una cabaña sin respiradero, con arte indecente hacían entrar el humo de las que quemaban, no solo por las narices sino también donde se desahoga el vientre de los excrementos. Perseveraban en este brutal divertimento al fuego, al humo y al calor de sus cuerpos, trasudando y llenándose de humo y de furor; luego salían como de un Toril embriagados, a hacer reir a unos, y llorar a otros, vengando en esta furiosa falta de juicio sus imaginados agravios. Al presente hacen el mismo uso los Omaguas, indios del río Marañón, y les dura la embriaguéz 24 horas. Llaman también a las dichas baynas cumpa porque hablan la lengua Guaraní. Toman el humo por las narices con un cañón, que tiene la figura de una Y griega o que termina en horqueta, metiendo en cada nariz un pie de ella. Dicen que en ese tiempo tienen visiones gustosas. Esta operación, seguida de una violenta aspiración, los pone en estado de ridículos, pero pasa esto en aquella nación por un hecho gallardo.” (Sánchez Labrador, Presbítero José: “La medicina en el Paraguay Natural (1771-1776)"

El empleo del polvo obtenido de las semillas del cebil o curupay como alucinógeno, en ritos y ceremonias tribales, se remonta a varios siglos atrás. Los indios guaraníes preparaban el curupay o kurupa indio, que aspirado en forma de rapé provocaba un estado de éxtasis con visiones.
En la región andina de la actual Argentina también está registrado el uso del cebil desde tiempos prehispánicos. En el contexto de las prácticas religiosas el consumo de alucinógenos era el medio que permitía acceder al mundo de lo sagrado.

En un trabajo sobre “El cebil y el shamanismo wichí” sus autoras expresan: “El cebil, hatah, es el alucinógeno empleado entre los shamanes wichí del Chaco central. Este alucinógeno cuya eficacia se debe a la inhalación del polvo de las semillas, es esencial para la realización de la ceremonia del hatáh, en la que tiene lugar el viaje shamánico.
“El hatah (también mencionado como misa), puede ser ejecutado por dos o más shamanes que reunidos, ingieren el psicotrópico del mismo nombre y “viajan” a otros sectores del cosmos. El objeto central de la ceremonia, pues, gira en torno de la inhalación de cebil, hatah (anadenanthera macrocarpa sp.), de tal modo que haga posible que el alma se separe y “vuele” abandonando al cuerpo, y pueda así ver desde la altura si se acercan enfermedades, catástrofes o ataques de grupos vecinos (ya bélicos en la historia, ya materializados como maldiciones hoy y entonces).” (El devenir de bienes e instituciones: "El cebil y el shamanismo wichi". María Cristina Dasso; Guadalupe Barúa, en Pueblos y Culturas de las Américas: Diálogos entre Globalidad y Localidad, 52 Congreso Internacional de Americanistas, Sevilla, 2006)

Vínculos
Anadenanthera colubrina, SIB, Sistema de Información de Biodiversidad
Principios Activos con Acción Alucinógena: II. Bufotenina y otras Triptaminas. Su presencia en Anadenanthera peregrina (L) Spegazzini (Leguminosae), GRACIELA M. BONGIORNO de PFIRTER y ELOY L. MANDRILE. Cátedra de Farmacognosia, Departamento de Ciencias Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas, Universidad Naciond de La Plata, La Plata, 1900, Argentina.
 Curupay, cebil colorado, en Herbotecnia: Especies vegetales autóctonas.

8 comentarios:

  1. Muy buen articulo, gracias

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  2. Muchas gracias por compartir esta info

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  3. Gracias por la información. Muy buena. Estoy en la empresa de propagar plantas autóctonas, a través de las semillas. Es la primera vez que intento con cebil. Me pueden dar alguna idea sobre su tasa de germinación?

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    Respuestas
    1. El cultivo del cebil (Anadenanthera colubrina), según dicen (nosotros no lo hemos llevado a cabo) es relativamente fácil, pero hay que tener en cuenta que la fertilidad de las semillas disminuye rapidamente con el paso del tiempo, cuando son nuevas una vez plantadas tardan entre 3 a 10 días en germinar. La fertilidad desciende aproximadamente en un 60% si las semillas superan el año.
      Aconsejan sumergirlas peviamente en agua tibia algunas horas y luego plantarlas en un sustrato poroso que se logra con el agregado de perlita, además como son sensibles al ataque de hongos se debe usar tierra que no tenga un alto contenido de agregado orgánico.
      Una vez que comienzan a brotar, aunque es una especia que le gusta el sol, se deben proteger las plantitas jóvenes del sol directo hasta que alcancen unos 30/50cm de altura, luego se trasladan a recipientes individuales de mayor tamaño. No regar en exceso.

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  4. Una pregunta cuando madura las semillas de esta planta?

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  5. Una pregunta cuando maduran las semillas de esta planta?

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  6. Muchas gracias, la info es muy buena y el artículo muy completo. Quiero saber si tienen la posibilidad de conseguir semillas de dicho árbol porque estoy interesado en plantar uno en mi propiedad. De ser así por favor contáctenme para arreglar los gastos. Saludos

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